El Hospital Regional La Samaritana, ubicado en Zipaquirá, ha cumplido cinco años de operación desde su apertura el 26 de noviembre de 2019. Durante este tiempo, ha atendido a más de 300,000 pacientes y ha realizado más de 4,900 partos. En el contexto de la pandemia de COVID-19, el hospital desempeñó un papel crucial al atender a más de 7,000 personas, contribuyendo significativamente a la salvación de vidas en la región.
Recientemente, el gobernador de Cundinamarca, Jorge Emilio Rey, anunció varias mejoras y expansiones en los servicios del hospital. Uno de los desarrollos más destacados es la habilitación de un angiógrafo en un plazo de 20 días, lo que permitirá atender enfermedades cardiovasculares de alto riesgo directamente en el hospital, evitando la necesidad de remitir a los pacientes a Bogotá para cirugías de infarto.
Además, se planea iniciar un programa de diálisis en marzo, que no solo servirá como soporte, sino que se integrará como parte de los tratamientos para pacientes con enfermedades renales permanentes. Esta iniciativa es parte de un esfuerzo más amplio para mejorar la atención médica en la región, que también incluye la expansión de la sala de urgencias, que actualmente enfrenta problemas de sobreocupación.
Otro aspecto importante del anuncio es la construcción de una unidad pediátrica, que se necesita urgentemente en el departamento. Actualmente, las camas de UCI pediátricas están concentradas en Girardot y Soacha, y se busca que el norte del departamento también cuente con estas instalaciones. La nueva unidad pediátrica se construirá en el perímetro del hospital, lo que permitirá una mejor atención a los niños en situaciones críticas.
En resumen, el Hospital Regional La Samaritana no solo ha sido un pilar en la atención de salud en Zipaquirá, sino que también está en un proceso de expansión y mejora continua, con inversiones significativas que buscan fortalecer su capacidad para atender a la población de manera efectiva y oportuna.