El último adiós al señor del saco a rombos

Karen Figueroa Quirós

Luna Carrillo

Jueves 15 de junio 2021, una voz se apaga pero un legado literario y periodístico perdurará por siempre. El zipaquireño Germán Castro Caycedo quien falleció hace ya una semana, tras fuertes complicaciones de salud, es y continuará siendo un icono en el campo de la comunicación social y el periodismo, además, una figura de referencia, para muchos de los que han o están cursando esta carrera, debido a su ardua y precisa labor en trabajos de campo, los cuales lo llevaron, en cada viaje, a vivir la adrenalina informativa que puede brindar el oficio o como él lo denominó a lo largo de su carrera “su única profesión”. Se desenvolvió dentro de su literatura “no ficticia”, como solía llamarla, permitiendo que sus libros dieran testimonio inmortal de un periodista que vivió en carne propia cada experiencia que relató.

German Castro Caycedo nació el 3 de marzo de 1940 en el municipio de Zipaquirá, y aunque se desconocen muchos de los detalles de su infancia y adolescencia, de él podemos hablar y comentar de una fructuosa carrera como periodista. Realizó estudios de antropología en la Universidad Nacional y, simultáneamente en el año de 1967, trabajó como columnista general en el periódico El Tiempo. Con el paso de los meses fue desarrollando las aptitudes necesarias para volverse cronista lo que lo llevó a ser uno de los más destacados a nivel nacional. Sus rasgos característicos fueron su capacidad investigativa, su método de trabajo, dedicación y compromiso directo en su trabajo de campo, no solo en sus crónicas, sino también posteriormente en la gama de libros publicados en los que reflejan un malestar en la cultura latinoamericana. 

En una entrevista que le concedió al canal REDMÁSTV, Castro Caycedo comenta que desde muy joven tuvo el hábito de la lectura del periódico y su pasión por el periodismo lo desató un escrito del periodista Camilo López, quién se convertiría en su modelo a seguir y de quien destaca la elaboración tan meticulosa de su accionar periodístico y el sello estilográfico que le dio a cada uno de sus trabajos. Aunque él sólo se reconoció como periodista, y se denominó de este modo durante 50 años, también se destacó en los medios como presentador, investigador y escritor. En el lapso de su carrera estuvo en un programa de televisión que dirigió durante dos décadas llamado Enviado especial, programa donde en cada expedición iba al lugar de los hechos a escuchar y contar la realidad que se vivía, sirviendo él de canal de comunicación, donde en sus palabras, “se dedicaba a ir a los lugares, hablar con la gente y escribir al pie de la letra lo que pasaba en cada uno de sus viajes”. A su vez, podría decirse que fue un periodista “chapado a la antigua”, ya que vivía con grabadora, libreta y lápiz. 

A través de sus escritos, resultado de una ardua labor investigativa y periodística, dio a conocer la historia, la cultura y la realidad principalmente del país. Su trabajo como escritor inicia en el año de 1976 con su obra “Colombia amarga” en la que relata crónicas acerca de diferentes temáticas entre ellas la violencia, que aflige a Colombia desde la invasión americana, así mismo, contextos actuales como el desplazamiento y el narcotráfico los cuales ocasionaron que muchos desplazados emigraran a países europeos cargando estupefacientes, personas llamadas coloquialmente “mulas”. El trabajo de campo que logró hacer para la creación de este libro es tan solo un abrebocas de cada una de las situaciones que Castro Caycedo abordó para brindarnos un contenido exclusivo y realista. La bruja (1994), Operación Pablo Escobar (2012) y Nuestra tierra ajena (2014) son obras en las que relata la fuerte problemática del narcotráfico en el país. Su último libro fue publicado en el año 2019 titulado “Huellas”, de un listado de 22 obras publicadas, algunas de ellas traducidas en más de 25 idiomas, que le otorgaron un total de 11 premios nacionales y 8 de carácter internacional, por obras como lo son “El Karina” (1985) y “Que la muerte espere” (2005). Como dato curioso se presume que la FILBO este año (2021), rendirá homenaje a los 40 años de su libro “El Karina”, así como a su larga trayectoria dentro de las letras, que conmovieron a este país por más de 50 años. 

Castro Caycedo, un señor periodista que se sintió orgulloso de su profesión, que supo hasta el día de su lamentable deceso que hizo las cosas bien, de sus últimas afirmaciones, según declaraciones de su esposa Gloria Moreno a la revista Semana: “El doctor le preguntó: ¿don Germán, usted siente algo?, ¿le preocupa algo?’. Él contestó ‘no, a mí no me preocupa nada. Yo siento que he hecho las cosas bien’”. Es así que, un abrasivo tumor en el páncreas marcó el final de la vida de un ejemplo de la comunicación social y el periodismo, un profesional clásico que buscó la noticia y el testimonio en la cuna que lo engendraba. Germán Castro Caycedo, el que con seguridad y comedia afirmaba en sus conferencias que ya era un viejo y con su característico cuello de tortuga o saco a rombos siempre serán símbolo patrio del que fue su programa y su casa durante dos décadas. Hoy le decimos adiós a uno de los grandes del periodismo y la literatura que, a sus 81 años y con sello colombiano, nos dejó en su libros la biografía inédita de un país en el que aún no cesa la horrible noche.