En la vereda Rincón Santo, un tema que ha marcado la vida de sus habitantes es el acceso al agua potable. Durante más de dos décadas, la comunidad ha enfrentado desafíos significativos en la gestión de este recurso vital. La situación se ha vuelto más crítica en los últimos tiempos, lo que ha llevado a la Junta de Acción Comunal a convocar a una asamblea para discutir el futuro del suministro de agua en la región.
El presidente de la Junta de Acción Comunal, quien ha estado en el cargo durante 22 años, ha sido testigo de cómo varias administraciones han intentado, sin éxito, garantizar un suministro adecuado de agua. A pesar de los esfuerzos, la comunidad ha dependido históricamente de sistemas de bombeo y otras soluciones temporales. En la actualidad, la administración municipal ha declarado que el agua no será cobrada, lo que inicialmente fue recibido con alivio por los habitantes. Sin embargo, la realidad financiera ha comenzado a pesar sobre la comunidad, ya que los costos operativos y administrativos han elevado el precio del agua a niveles insostenibles.

La situación ha llevado a un consenso generalizado entre los habitantes de Rincón Santo: la necesidad de entregar la administración del agua al municipio. Esta decisión, que se formalizará en una próxima asamblea, busca garantizar que el suministro de agua sea manejado de manera más eficiente y transparente. La falta de una Junta Administradora de Servicios Públicos legalmente constituida ha complicado aún más la situación, dejando a la comunidad sin un marco claro para la gestión del servicio.
El camino hacia una solución sostenible no será fácil. La comunidad debe enfrentar no solo la burocracia, sino también la desconfianza acumulada a lo largo de los años. Sin embargo, la determinación de los habitantes de Rincón Santo es clara: están dispuestos a luchar por su derecho al agua, un recurso que no solo es esencial para la vida, sino también para el desarrollo y bienestar de su comunidad.

A medida que se acerca la asamblea, los ojos de la comunidad están puestos en el futuro. La decisión que tomen podría marcar un hito en la historia de Rincón Santo, un paso hacia la autogestión y la mejora de la calidad de vida de sus habitantes. La lucha por el agua es, en última instancia, una lucha por la dignidad y el derecho a un recurso que debería ser accesible para todos.