En el mundo del deporte, las historias de superación son un testimonio del espíritu humano. En el ámbito del ciclismo paralímpico, dos ciclistas de Colombia, provenientes de Zipaquirá y Bogotá, comparten sus inspiradoras trayectorias tras enfrentar adversidades significativas en sus vidas.

Uno de ellos, diagnosticado en 2004 con un tumor maligno en la tibia, se sometió a un arduo tratamiento que incluyó 14 cirugías y nueve sesiones de quimioterapia. En 2015, tras una larga lucha con la movilidad, tomó la difícil decisión de amputarse la pierna. “Desde entonces, han sido solo bendiciones”, afirma, reflejando una actitud positiva hacia su nueva vida como ciclista paralímpico. En el campeonato nacional de paracycling, celebrado en Boyacá, logró un meritorio cuarto lugar en las pruebas de contrarreloj y ruta, un logro que lo motiva a seguir mejorando.

Su compañero de equipo, quien perdió ambas piernas en 2017 debido a una infección, también ha encontrado en el ciclismo una vía de rehabilitación y autodescubrimiento. “La amputación fue devastadora, pero el apoyo de mi familia y amigos fue crucial”, comenta. Su proceso protésico comenzó en 2018, y hoy se siente orgulloso de poder competir y disfrutar del ciclismo, un deporte que siempre amó.

Ambos ciclistas no solo representan a su liga en competencias, sino que también son embajadores de la resiliencia y la superación personal. Invitan a otros a unirse al ciclismo, destacando los beneficios para la salud y el bienestar emocional. “Lo importante es disfrutar cada kilómetro”, recordando que el verdadero triunfo radica en la perseverancia y el amor por el deporte.