Mina de sal de Nemocón – 20 años haciendo historia

En las entrañas de la tierra, donde la oscuridad y la pureza del blanco se encuentran, yace un legado que ha desafiado el paso del tiempo: la Mina de Sal de Nemocón. Sus túneles, guardianes silentes de historias centenarias, comenzaron a formarse mucho antes de que el eco de las voces humanas llenara sus galerías.

Fue en 1801, bajo la mirada del sabio Alexander Von Humboldt, que el destino de Nemocón cambió para siempre. Este naturalista visionario sugirió abandonar la minería a cielo abierto para adentrarse en los misterios subterráneos, buscando el tesoro más puro que la tierra pudiera ofrecer: la sal, símbolo de vida, preservación y unión.

Foto: Mina de Sal de Nemocón

Durante más de un siglo y medio, estas paredes vieron pasar generaciones de mineros, cuyas manos forjaron caminos y cuya fuerza arrancó millones de toneladas del preciado mineral. La sal de Nemocón no solo alimentó mesas, sino que sostuvo economías y unió corazones, dejando un rastro imborrable en la historia de Colombia.

En 2005, con el cese de la explotación minera, la Mina de Sal de Nemocón despertó a un nuevo propósito: convertirse en un santuario turístico y cultural. Desde entonces, sus túneles, que antes resonaban con el eco de picas y martillos, comenzaron a llenarse con las risas y asombro de los visitantes que descubrían sus secretos. Se inauguraron nuevos espacios, como el Corazón de Colombia, esculpido en sal como símbolo de amor, unidad y fortaleza, y los Espejos de Salmuera, donde la tierra refleja su propia alma.

Foto: Mina de Sal de Nemocón

Hoy, después de 20 años de contar nuestra historia, la mina es mucho más que un sitio turístico. Es un espacio vivo que conecta generaciones, culturas y corazones. Este logro ha sido posible gracias al esfuerzo incansable de quienes trabajan día a día para conservarla: sus guías, esos narradores apasionados que, con cada palabra, trasladan a los visitantes en un viaje por el tiempo. Son ellos quienes, con respeto y orgullo, honran el legado de los mineros y llevan consigo la misión de mantener viva esta joya única de la Sabana de Bogotá.

Que esta celebración de dos décadas como atractivo turístico sea un homenaje al pasado, una celebración del presente y una promesa al futuro. En Nemocón, el tiempo se detiene para que nuestra historia siga avanzando, una narración que hoy vive gracias a todos aquellos que cruzan sus túneles y comparten el sueño de preservar este lugar mágico.

Foto: Mina de Sal de Nemocón

Desde las profundidades de la tierra hasta el corazón de quienes la visitan, la Mina de Sal de Nemocón nos enseña que la historia no solo se cuenta, sino que también se vive. Por eso, hoy celebramos con orgullo  “20 años contando nuestra historia.”