El cosmonauta ruso Fiodor Yurchijin (izq.) visitó Bogotá para hablar sobre sus experiencias en el espacio. “Ready to launch”by Gytizzz is licensed under CC BY-SA 2.0
El instituto cultural León Tolstoi en Bogotá tuvo el privilegio de ser la sede de la conferencia de Fiodor Yurchijin, cosmonauta que cuenta con una larga trayectoria que suma 8 caminatas espaciales y más de 600 días en el espacio, cifra que lo convierte en unos de los cosmonautas que más tiempo ha estado en el espacio. Ha figurado como comandante de la Soyuz en su cuarta misión en el vuelo Soyuz TMA-09M y del ISS en la Expedición 37. Ha sido además ingeniero de vuelo de la expedición 36, sin mencionar su afición a la fotografía y las maravillosas instantáneas que le ha podido tomar al espacio. Todo esto inspirado por el piloto y también cosmonauta soviético Yuri Gagarin, quien estuvo a cargo del primer viaje al espacio.
A pesar de que parece un hombre distante y bastante serio, en esta conferencia, Fiodor pudo aclarar (incluso con respuestas extendidas) algunas de las dudas de los invitados, desde aquellas un poco más técnicas, como las diferencias entre las tecnologías estadounidenses y las rusas, señalando que los esquemas rusos son más simples y prácticos, hasta algunas otras más personales, como la creencia en la vida inteligente fuera del planeta tierra, cuestión a la que Yurchijin respondió diciendo que: “Si existiera una civilización que hubiera visto nuestro hermoso planeta tierra, probablemente ya habría hecho contacto” lo cual, para él, no sería una situación positiva, poniendo de ejemplo a las propias y diferentes civilizaciones humanas que tienden a destruirse y hacerse daño.
El cosmonauta también habló sobre algunas de sus tradiciones de viaje, comentó que siempre que sale a alguna misión espacial, escribe una carta para cada uno de los miembros de su familia, quienes también hacen lo mismo, pero las cartas solo son entregadas únicamente si él regresa a la tierra, y a pesar de que también se le indagó de la veracidad del rumor de la tradición de los cosmonautas rusos de orinar alrededor de la nave espacial augurando un buen viaje, Yurchijin decidió responder con evasivas, no lo negó, pero tampoco lo afirmó, y aseguró que para él, hay costumbres mas importantes que resaltar, como el intercambio de cartas con su familia.
Posterior a la conferencia se proyectó la película SALYUT-7: HÉROES EN EL ESPACIO. Largometraje que muestra una de las mayores hazañas cosmonáuticas de la era soviética.
La historia da comienzo cuando el centro de control de misión pierde el contacto con la estación orbital Salyut 7 en 1985 lo que se considera como una amenaza para la humidad, ya que es probable que la estación pueda impactar contra la tierra, más específicamente en Estados Unidos, lo que en un contexto de Guerra Fría seria una catástrofe. Debido a esto se conforma un equipo de recuperación (Salyut – 13) que debe realizar una maniobra peligrosa y con poca probabilidad de éxito, sin embargo la tripulación, conformada por dos excelentes cosmonautas, uno ingeniero de vuelo y el otro comandante, ponen todo de su parte para salvar a Rusia de una desgracia de honor. Toda esta trama envuelta en un drama político, de responsabilidad social, y además personal para cada uno de los tripulantes que deben dejar a sus familias en tierra, para arriesgarse en una misión de la que, en un momento dado, no saben si van a regresar.
La película es entretenida, sin embargo habría sido interesante poder ver un poco más de los protagonistas y sus vidas personales, ya que durante los 110 minutos de su duración se concentran más que todo en la historia real en la que Vladimir Fedorov comandante del equipo y Viktor Alyokhin ingeniero de vuelo son los héroes para toda la nación y sobre todo para sus familias, quienes sufren, aunque desde la tierra, todo aquel proceso. Podría decirse que Salyut 7 es la “Armagedón” rusa sin el final cursi, y teniendo como mayor diferencia que Salyut 7 es una historia real.
A pesar de todo, esta película es emocionante, nos muestra el paso a paso del proceso de recuperación y todo lo que los cosmonautas tuvieron que atravesar para poder llevar a cabo su meta. Nos habla de determinación, de perseverancia, de fuerza y honor. Sin duda alguna una película que cualquier amante del espacio debería ver. Sobre todo, porque es basada en hechos de la vida real.